-Vaya vaya…Encontrar una mina en tu jurisdicción y no informar al rey es muy grave.-dijo el juez-Sabes que todo lo que sea encontrado en las tierras del reino pertenece al rey, sea quien sea quien lo haya encontrado.
-Lo sé, por eso te pido ayuda. He sobornado al inspector, pero no sé que hacer con los ladrones-respondió el conde-… y además, tal y como están las cosas en la capital, no me atrevo a ir personalmente.
-Es verdad que corren malos vientos en la capital.-suspiró el juez-Con lo del título imperial del príncipe, las cosas van a cambiar mucho por aquí. Lo único que puedes hacer es mandar a Esis e Isis allí a ver como está la situación.
-Ya lo he hecho. Es más, volvieron esta mañana, y no con buenas nuevas, precisamente. Los ladrones han sobrepasado la frontera, y yo no tengo potestad para enviar a nadie fuera del reino, así que he llamado a la guardia real.
-¡¿Pero tú eres tonto?!-le gritó el juez.
-¿Qué?
-¿Te das cuenta de lo que pasará si los guardias reales saben algo de la mina?
-¡Mierda!¡No lo pensé!
-¡Es obvio que no!
-¿Y ahora que hago?
-Lo único que te queda. Marcharte lejos. Cuanto antes mejor. Y llévate contigo a todo aquel que sepa algo de la mina.
-¡Pero eso es casi toda la gente de la villa y los alrededores!-dijo el conde desesperado.
-No tienes alternativa. ¡Vamos!¡Huye con tu pueblo y tus hijos!
0 burradas:
Publicar un comentario